El castillo de Escalona es una de las fortalezas medievales más imponentes y emblemáticas de la provincia de Toledo, en Castilla-La Mancha. Con una ubicación estratégica sobre el río Alberche y una historia que abarca desde tiempos prerromanos hasta la Edad Moderna, este monumento es un reflejo del devenir histórico de la región y de la evolución de la arquitectura militar en la Península Ibérica.
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ToggleOrígenes
Los origenes del castillo se remontan a una antigua fortaleza romana. Más tarde, tras la dominación musulmana, Escalona cobró importancia estratégica en la defensa del sistema del Tajo medio, lo que llevó a la construcción de las primeras defensas en el lugar.
La fortaleza que hoy contemplamos comenzó a adquirir su forma definitiva a partir del siglo XI, tras la reconquista cristiana de la región en manos de Alfonso VI de León. En el siglo XII, la villa y el castillo pasaron a formar parte del linaje de los Pacheco, una de las familias nobles más influyentes de Castilla, quienes promovieron sucesivas reformas y ampliaciones con el objetivo de adaptar la fortaleza a las necesidades defensivas y residenciales de la nobleza medieval. El castillo de Escalona fue convertido entre los siglos XIII y XV en una poderosa fortaleza-palacio, con doble recinto amurallado y numerosas torres, convirtiéndose en modelo de arquitectura castrense en la Castilla bajomedieval.
Arquitectura
El castillo de Escalona es un magnífico ejemplo de la evolución de la arquitectura militar en España. El recinto combina potentes elementos defensivos con estancias palaciegas que muestran la transformación progresiva de la fortaleza en residencia nobiliaria durante la Baja Edad Media y el Renacimiento. El perímetro externo está formado por una sólida muralla de mampostería y ladrillo que incorpora imponentes torres y barbacanas, adaptándose a la topografía del cerro sobre el río Alberche.
El acceso principal se realiza por una puerta fortificada flanqueada por torres, tras la cual se extiende un patio de armas que ha sufrido diversas remodelaciones a lo largo de los siglos. En el interior se alza el palacio renacentista, encargado en el siglo XV por Juan Pacheco, marqués de Villena, que dotó a la fortaleza de un aire cortesano y lujoso, con salas decoradas con yeserías y artesonados de influencia mudéjar. Destacan la torre del homenaje, concebida no solo como último reducto defensivo sino también como símbolo del poder señorial, así como las caballerizas, la cocina y la capilla palaciega, que completan el conjunto monumental.
A pesar del deterioro sufrido en épocas recientes, el castillo de Escalona conserva aún vestigios originales de los siglos XIV y XV, entre los que sobresalen los restos de su primitiva estructura militar y algunas de las estancias palaciegas que muestran la transición del concepto de castillo a palacio fortificado.
Personajes ilustres
El castillo de Escalona ha sido escenario de relevantes episodios históricos y literarios. Entre sus muros residieron personajes de la talla de Don Álvaro de Luna, condestable de Castilla y tutor del rey Juan II. Sin embargo, la figura histórica más vinculada al castillo es la de Juan Pacheco, marqués de Villena quien convirtió la fortaleza en su sede principal y centro político de la Castilla de mediados del siglo XV. Bajo su mandato, el castillo alcanzó su máxima relevancia, no solo como bastión militar, sino también como espacio de conspiraciones y centro de poder feudal.
Uno de los episodios literarios más célebres relacionados con el castillo es la estancia en él de Francisco de Quevedo, quien situó parte de la acción de su novela «La vida del Buscón llamado Don Pablos» en el entorno de Escalona, contribuyendo a mitificar la imagen de la fortaleza entre la intelectualidad del Siglo de Oro. Asimismo, existe la tradición, aunque sin base documentada, de que Fernando de Rojas pudo inspirarse en las intrigas de la corte de Juan Pacheco para algunas escenas de «La Celestina».
Decadencia y estado actual
A lo largo de la Edad Moderna, el castillo de Escalona experimentó un lento proceso de abandono y destrucción, agravado por los saqueos y la falta de mantenimiento durante el siglo XIX. Las guerras napoleónicas y las desamortizaciones contribuyeron al expolio de materiales y a la ruina paulatina de muchos elementos decorativos y arquitectónicos.
En el siglo XX, a pesar de algunas campañas de restauración, el castillo de Escalona ha permanecido en estado de semirruina, aunque sigue siendo uno de los conjuntos fortificados más impresionantes y evocadores de la provincia de Toledo. Actualmente, su propiedad es privada, si bien se han impulsado algunas iniciativas para facilitar visitas y promover su difusión como recurso turístico y didáctico.Las recientes intervenciones de consolidación han permitido preservar parte de las estructuras fundamentales, en especial la muralla exterior y el torreón.
Cómo llegar
Para llegar al Castillo de Escalona desde Toledo en coche, toma la A-42 dirección Madrid y enlaza con la CM-4009 hacia Torrijos; continúa por la CM-4004 siguiendo las indicaciones hacia Escalona, un trayecto de unos 55 km que dura aproximadamente 45 minutos. Al llegar al pueblo, verás señalizaciones hacia el castillo, que se encuentra en el centro histórico, junto al río Alberche; puedes dejar el coche en las zonas de aparcamiento cercanas y acceder fácilmente a pie hasta la entrada del recinto.
Si viajas desde Madrid, toma la A-5 (autovía de Extremadura) dirección Badajoz y recorre unos 75 kilómetros hasta la salida 63 hacia Escalona / Almorox; continúa por la CM-543 unos 5 kilómetros más hasta el centro del pueblo. El trayecto total es de unos 80 kilómetros y suele tardarse unos 60 minutos en coche. Al llegar, encontrarás el castillo junto al río Alberche.






