Castillo De Santed: Las Ruinas De Un Bastión Medieval en Zaragoza

Redacción

Ruinas del castillo de Santed (Zaragoza)

Enclavado en lo alto de un cerro y dominando el horizonte de la comarca de Daroca, el Castillo de Santed es un testimonio silencioso de la historia medieval de Aragón. Aunque hoy sus muros y torreones han sucumbido al paso del tiempo, su legado sigue vivo en las crónicas de la Reconquista y en las historias de los antiguos pobladores que dependieron de su protección. Su estratégica ubicación lo convirtió en un bastión clave en la defensa del territorio, y sus ruinas continúan despertando la curiosidad de viajeros y apasionados por la historia. En este artículo exploraremos su origen, su papel en la historia y cómo llegar hasta este fascinante rincón de Zaragoza.

Orígenes y Construcción del Castillo de Santed  

La construcción del Castillo de Santed data aproximadamente del siglo XIII, un período en el que los reinos cristianos consolidaban su presencia en la península ibérica tras la Reconquista. La Casa de Aragón que reinaba en la región, necesitaba una red de fortalezas para la defensa de sus territorios frente a posibles ataques de los reinos musulmanes o de otros poderes feudales.  

Se cree que el castillo formaba parte del sistema defensivo de Daroca, una de las principales plazas fuertes del Reino de Aragón en la época medieval. Su ubicación estratégica le permitía controlar los accesos a la zona, sirviendo tanto como punto de vigilancia como de refugio para la población en caso de conflicto. Las crónicas históricas mencionan su participación en diversas disputas territoriales, ligadas a los señoríos de la zona y a la reorganización del poder feudal en la Baja Edad Media. 

Características Arquitectónicas y Elementos Defensivos  

A pesar de su estado ruinoso, los restos del Castillo de Santed permiten identificar algunas de sus principales características constructivas. Su estructura sigue el modelo de las fortalezas medievales aragonesas, con un recinto amurallado que delimitaba el espacio interior y una torre principal, conocida como torre del homenaje, que servía como último bastión defensivo en caso de asedio.  

Los muros del castillo fueron edificados en mampostería, un material común en la arquitectura militar medieval de Aragón. La disposición de la fortaleza sobre una elevación del terreno reforzaba su capacidad defensiva, dificultando el acceso de posibles invasores. Actualmente, se pueden observar vestigios de estas murallas y algunos elementos de la torre principal, que permiten imaginar la magnitud original del conjunto.  

Las dimensiones y distribución del castillo apuntan a una fortaleza de pequeño o mediano tamaño, pensada para albergar una guarnición militar y servir como residencia para los señores que en diferentes épocas tuvieron el control sobre Santed. La organización del interior de la fortaleza ha quedado en gran parte perdida, aunque en su momento contaba con estancias destinadas a almacenaje, defensa y vivienda.  

Su Papel en la Historia Medieval de Aragón  

El Castillo de Santed jugó un papel relevante dentro de la estructura de poder feudal de Aragón. Durante los siglos XIV y XV, la región experimentó importantes cambios políticos y conflictos entre la nobleza y la monarquía, afectando a numerosas fortalezas del reino. Santed, como parte de la red de castillos del entorno de Daroca, estuvo ligado a las disputas entre diferentes linajes nobiliarios que buscaban afianzar su control sobre el territorio.  

En el contexto de la Guerra de los Dos Pedros (1356-1369), un conflicto que enfrentó al Reino de Castilla y la Corona de Aragón, muchas fortalezas de la frontera entre ambos reinos fueron atacadas o reforzadas para resistir los embates castellanos. No hay registros directos que indiquen la participación del Castillo de Santed en las batallas, pero su cercanía con Daroca y su condición de puesto estratégico hacen plausible su implicación en estos eventos.  

Más adelante, con la progresiva pacificación de la zona y los cambios en las estrategias militares, el castillo fue perdiendo su función defensiva. La centralización del poder por parte de la monarquía y la evolución de las técnicas de guerra hicieron que muchas fortalezas medievales dejaran de ser utilizadas, y algunas fueron abandonadas o reconvertidas en viviendas señoriales. En el caso de Santed, el castillo terminó en desuso y su deterioro continuó a lo largo de los siglos siguientes.  

Estado Actual y Conservación  

En la actualidad, el Castillo de Santed se encuentra en estado de ruina, con gran parte de su estructura arruinada por el paso del tiempo y la falta de mantenimiento. A pesar de ello, los restos que aún se conservan permiten intuir la disposición original del castillo y su relevancia dentro del sistema defensivo medieval aragonés.  

En los últimos años, diversas iniciativas han buscado poner en valor el patrimonio histórico de la comarca, incluyendo el Castillo de Santed. Si bien no ha sido objeto de una restauración completa, la concienciación sobre su importancia ha llevado a realizar estudios arqueológicos y acciones puntuales para evitar un mayor deterioro de la estructura.  

Cómo llegar al Castillo de Santed

El Castillo de Santed se encuentra en el municipio de Santed, en la comarca de Campo de Daroca, Zaragoza. La mejor opción para visitarlo es en coche. Desde Zaragoza, hay que tomar la A-23 en dirección sur hasta la salida hacia la N-234. Luego, se continúa por la A-1506 hasta llegar a Santed. Una vez en el pueblo, un camino de tierra permite ascender hasta las ruinas del castillo, ofreciendo durante el trayecto unas vistas espectaculares del paisaje aragonés.

El acceso no está regulado, por lo que es recomendable visitarlo con precaución, especialmente en días de lluvia o con fuertes vientos, ya que el terreno puede ser resbaladizo. No hay transporte público directo hasta Santed, por lo que quienes deseen explorar el castillo deben optar por vehículo privado o realizar rutas de senderismo desde localidades cercanas.Si visitas la zona, merece la pena hacer una parada en la ciudad de Daroca, que conserva una impresionante muralla medieval, iglesias de origen románico y mudéjar, y una historia ligada a la ruta del Cid.

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