Dominando la costa de la Marina Alta desde lo alto de una colina, el Castillo de Dénia es mucho más que una fortaleza medieval: es un testigo silencioso de siglos de historia, batallas y civilizaciones que han dejado su huella en cada piedra. Desde sus murallas se contemplan unas vistas impresionantes del Mediterráneo y del casco antiguo de la ciudad, pero lo realmente fascinante es lo que esconden sus muros. ¿Qué secretos alberga esta fortaleza que fue hogar de musulmanes, cristianos y piratas? Acompáñanos a descubrir su historia, sus rincones más emblemáticos y todo lo que lo convierte en una visita imprescindible.
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ToggleOrigen y evolución histórica
El Castillo de Dénia es una de las fortalezas más emblemáticas de la Comunidad Valenciana, con una historia que abarca más de mil años. Su origen se remonta a la época islámica, cuando en los siglos XI y XII los musulmanes construyeron una fortificación para proteger la ciudad y consolidar su dominio sobre la región. En aquel tiempo, Dénia era un importante centro comercial y político, la capital de la Taifa de Dénia, un reino independiente surgido tras la fragmentación del Califato de Córdoba.
Cuando en 1244 el rey cristiano Jaime I conquistó estas tierras, el castillo pasó a manos de la corona aragonesa. A lo largo de los siguientes siglos, la fortaleza sufrió modificaciones sustanciales, adaptándose a las nuevas necesidades defensivas. Durante el periodo renacentista y en plena Edad Moderna, la estructura recibió refuerzos para resistir ataques de piratas berberiscos y otras amenazas marítimas, algo crucial dada su proximidad al Mediterráneo.
En los siglos XVIII y XIX, la fortificación fue perdiendo relevancia militar debido al avance de la artillería moderna, quedando en un estado progresivo de abandono. Sin embargo, durante el siglo XX se retomó su restauración y conservación, convirtiéndose en un importante atractivo turístico que permite conocer la evolución histórica de Dénia y su papel estratégico en el Levante español.
Arquitectura y estructura del castillo
El Castillo de Dénia se levanta sobre una colina que domina el casco antiguo de la ciudad y el puerto, proporcionando una vista privilegiada del entorno. Su estructura refleja las diferentes etapas de su construcción y las transformaciones sufridas a lo largo de los siglos.
La parte más antigua de la fortaleza corresponde al periodo islámico, con muros de tapial que todavía pueden verse en diversas secciones del recinto. En algunas zonas, la construcción pone de manifiesto la influencia de la arquitectura andalusí, con su característico uso de la mampostería y el ladrillo. Estas estructuras originales conviven con las reformas llevadas a cabo tras la conquista cristiana, cuando la fortaleza se adaptó a nuevas técnicas bélicas mediante la edificación de torres más robustas y murallas reforzadas.
Uno de los elementos más destacados del castillo es la Torre del Consell, una construcción medieval que jugó un papel clave en la defensa del recinto. También son de gran interés la Torre Roja y la Torre del Mig, ambas representativas del sistema defensivo medieval cristiano.
En el interior, los restos del Palacio del Gobernador recuerdan la época en la que el castillo albergó a importantes figuras de la administración real. Durante la Edad Media y parte de la Edad Moderna, este palacio fue la residencia de los representantes del poder real en la región, testigo de importantes decisiones políticas y estratégicas.
El papel estratégico del castillo en la historia
El Castillo de Dénia tuvo una importancia clave en los conflictos y movimientos políticos que marcaron la historia del Reino de Valencia. Su ubicación lo convirtió en un punto neurálgico del control del territorio, especialmente en momentos de inestabilidad como la Guerra de Sucesión Española.
Durante este conflicto, Dénia apoyó la causa austriacista frente a los borbónicos, lo que llevó a que el castillo fuera asediado y gravemente dañado. Finalmente, con la victoria de Felipe V, la estructura sufrió una nueva transformación que redujo su relevancia militar en favor de otras plazas fuertes más adaptadas a las necesidades estratégicas del momento.
Aparte de su papel en la Guerra de Sucesión, a lo largo de su historia el castillo también sirvió como refugio para la población en momentos de amenaza, especialmente ante los ataques de piratas berberiscos, que durante siglos hostigaron las costas mediterráneas. Su presencia disuadía incursiones y proporcionaba seguridad a la ciudad, convirtiéndose en un símbolo de resistencia.
El Castillo de Dénia en el siglo XXI
Hoy en día, el Castillo de Dénia es uno de los principales atractivos turísticos de la ciudad y un referente del patrimonio histórico valenciano. Su recuperación ha permitido que miles de visitantes recorran sus murallas y descubran su pasado a través de las diferentes fases arquitectónicas que conviven en su estructura.
El recinto alberga el Museo Arqueológico de Dénia, donde se exponen piezas y hallazgos que ilustran la evolución de la ciudad desde la época ibérica hasta la moderna. En este espacio se explican los distintos periodos históricos mediante objetos recuperados en excavaciones, algunos de ellos pertenecientes a la época islámica, la medieval cristiana y la edad moderna.
A lo largo del año se organizan actividades culturales y eventos que realzan el valor del castillo como eje del patrimonio local. En verano, su recinto acoge conciertos y representaciones teatrales, aprovechando la majestuosidad de su entorno. Además, las visitas nocturnas permiten disfrutar de una perspectiva diferente, con una iluminación especial que resalta sus murallas y torres, transportando al visitante a otra época.
Además de su función turística, el castillo sigue siendo objeto de estudios arqueológicos cuyo objetivo es seguir desentrañando los misterios de su construcción y evolución. La conservación del recinto es una prioridad para las autoridades locales, que han desarrollado diversos proyectos para mantener su estructura y permitir su disfrute por las futuras generaciones.
Cómo Llegar
El acceso al castillo se realiza a través de un camino empedrado que asciende desde el casco histórico de Dénia. A medida que se asciende, se puede apreciar la distribución de la ciudad antigua y el puerto, lo que ayuda a comprender su evolución urbanística y la relevancia del castillo como punto de control y vigilancia. Desde sus murallas se obtiene una panorámica excepcional del Mediterráneo y de la comarca de la Marina Alta, lo que convierte la visita en una experiencia cultural y paisajística única.
Para llegar al Castillo de Dénia en coche, lo más sencillo es tomar la carretera nacional N-332 o la autopista AP-7 si vienes desde Alicante o Valencia. Si utilizas la AP-7, debes tomar la salida 62 (Dénia-Ondara-Jávea) y seguir las indicaciones hacia el centro de la ciudad. Una vez en Dénia, puedes dirigirte hacia la calle Calderón, donde se encuentra el acceso al castillo. No se permite subir en coche hasta la entrada principal, pero hay varios aparcamientos en los alrededores donde puedes dejar el vehículo y caminar unos minutos hasta el castillo.
Si prefieres el transporte público, puedes llegar a Dénia en autobús o en tren. Desde Valencia y Alicante, hay líneas de autobuses que conectan con la estación de Dénia, operadas por compañías como Alsa. Desde la estación de autobuses, el castillo se encuentra a unos 15 minutos a pie. También puedes tomar la línea de tren TRAM de Alicante hasta Dénia, aunque es un trayecto más largo y con varias paradas. Al llegar a la estación del TRAM, el castillo está a unos 20 minutos caminando o puedes usar el servicio de autobuses urbanos que te acercan al centro de la ciudad.