El idioma provenzal, también conocido como occitano medieval, fue la lengua que predominó desde el siglo XI hasta finales del siglo XIII en el sur de Francia, sobre todo en la región histórica denominada Provenza. Este idioma derivó del latín vulgar tras la caída del Imperio Romano de Occidente, y se convirtió en una de las lenguas romances más relevantes durante la Edad Media europea. Sus manifestaciones literarias, especialmente poéticas, impulsaron su difusión más allá de sus fronteras originales, generando un interés destacado entre historiadores, filólogos y lingüistas.
Orígenes
La denominación provenzal proviene de la región francesa de Provenza (sureste de Francia), aunque lingüísticamente existieron múltiples variantes y dialectos que formaron colectivamente un conjunto lingüístico etiquetado habitualmente bajo el término de idioma occitano. No obstante, el nombre «provenzal» ha prevalecido históricamente, debido sobre todo al prestigio literario que alcanzó esta variante occitana en la Europa medieval.
Durante el siglo VIII, tras la progresiva fragmentación del latín vulgar heredado del Imperio romano, comenzaron a surgir en el sur de la actual Francia diversos dialectos locales que darían forma a una identidad lingüística propia. Entre ellos, el provenzal —una de las variantes del occitano— se desarrolló sobre la base del latín popular hablado en la antigua Galia Narbonense, en contacto con lenguas prerromanas como el ligur y el celta. Su evolución fue influida por múltiples factores históricos, como la descomposición del Imperio Carolingio, la llegada de pueblos germánicos y las complejas interacciones socioculturales propias de la Alta Edad Media.
A partir del siglo XI, y especialmente durante el siglo XII, el provenzal vivió un notable florecimiento literario gracias a los trovadores, quienes abandonaron el latín como lengua culta dominante y adoptaron el provenzal como vehículo de expresión poética. Este auge coincidió con el esplendor cultural y económico de importantes ciudades como Tolosa, Montpellier o Aviñón, que se consolidaron como centros de comercio, arte y pensamiento. Así, el provenzal no solo adquirió prestigio literario, sino que se convirtió en símbolo de una cultura refinada y profundamente arraigada en el sur de Europa.
La literatura trovadoresca
La literatura trovadoresca, escrita mayoritariamente en provenzal, permitió que el idioma trascendiera sus fronteras geográficas y culturales originales. Los trovadores fueron poetas-compositores que florecieron especialmente en el sur de Francia entre los siglos XII y XIII, y se especializaron en la poesía amorosa cortés, aunque también abordaron temas políticos, morales y religiosos.
Los trovadores eran compositores y poetas de la nobleza o de la alta burguesía cortesana en la Europa medieval (siglos XII–XIV) que creaban versos refinados, especialmente de tema amoroso o moral. No se deben confundir con los juglares, artistas itinerantes de condición baja que entretenían al pueblo y a la nobleza en plazas y mercados con música, relatos, acrobacias y chanzas, utilizando instrumentos más rústicos y portátiles como la lira, el tambor o la zanfona.

Entre los trovadores más relevantes que escribieron en idioma provenzal destacan Guillermo IX de Aquitania, considerado el primer trovador conocido, Bernart de Ventadorn, Raimbaut de Vaqueiras y Arnaut Daniel, este último especialmente renombrado por su refinado estilo literario. Estos poetas provenzales desarrollaron complejas formas métricas y elaboraron un vocabulario poético altamente sofisticado, difundiendo así el prestigio y reputación del provenzal por toda Europa.
La literatura trovadoresca provenzal generó tal impacto que influyó decisivamente en corrientes literarias posteriores, especialmente en la poesía italiana del «Dolce Stil Novo» y, por ende, en autores fundamentales como Dante o Petrarca. Este proceso de difusión y asimilación lingüística sirvió para cimentar el legado de esta lengua romance dentro del contexto medieval europeo.
Influencia cultural y social
La difusión y prestigio del idioma provenzal en la Edad Media no sólo se limitó al ámbito estrictamente literario, sino que supuso una verdadera transformación cultural. En numerosas cortes europeas se produjo una creciente demanda por la poesía trovadoresca, que en muchas ocasiones llegó acompañada de un interés por aprender la lengua misma. Tal fue el grado de popularidad y prestigio adquirido por el provenzal que numerosos nobles europeos, especialmente en la península ibérica e Italia, comenzaron a utilizarla tanto en sus composiciones literarias como en reuniones cortesanas.
Gracias a esta popularidad, el idioma provenzal se convirtió temporalmente en una lengua franca para la alta aristocracia y la vida cultural en diversos rincones del continente europeo. Esto no sólo ayudó al intercambio cultural en torno a conceptos como el amor cortés, la caballería o la representación poética de la mujer, sino que facilitó también importantes conexiones culturales transfronterizas durante buena parte de la Edad Media.
Declive del idioma provenzal
A partir del siglo XIII el idioma provenzal comenzó a sufrir un paulatino declive en la Europa medieval, por diversas razones históricas y culturales. En primer lugar, la Cruzada albigense (1209-1229), motivada por razones religiosas contra la herejía cátara, generó un cambio político y social profundo que debilitó significativamente la región occitana. Esta cruzada provocó la anexión política y la subordinación cultural de los territorios occitanos a la autoridad del monarca francés, con la consiguiente disminución del prestigio social del idioma local y el aumento del francés como principal lengua administrativa y cortesana.
Además, la creciente influencia económica y política del norte de Francia, simbolizada por París, intensificó todavía más el desplazamiento lingüístico del provenzal por el francés, especialmente desde finales del siglo XIII. Este proceso se aceleró durante la Baja Edad Media, periodo durante el cual se establecieron fuertes políticas centralizadoras por parte de la Corona francesa que impulsaron hacia adelante el idioma francés, relegando a un segundo plano al provenzal y otros dialectos regionales.
El provenzal en la actualidad
Hoy en día, el idioma provenzal —o más ampliamente occitano— sigue siendo hablado por pequeñas comunidades en el sur de Francia, especialmente en áreas rurales y núcleos donde han prevalecido con fuerza los vínculos culturales locales. Si bien es cierto que el número de hablantes nativos es relativamente escaso y su situación sociolingüística es considerada como minoritaria o en riesgo de desaparición, existen esfuerzos institucionales importantes destinados a preservar y revitalizar la lengua provenzal.