Fulco V de Anjou, conocido también como Fulco el Joven o simplemente Fulco de Jerusalén, es una de las figuras más influyentes de la Francia del siglo XII y un personaje clave en la historia de las Cruzadas y de Jerusalén.
Fulco fue conde de Anjou desde 1109 hasta 1129 y posteriormente rey de Jerusalén desde 1131 hasta 1143. Su vida, marcada por alianzas políticas, campañas militares y una serie de matrimonios estratégicos, refleja el intrincado entramado de rivalidades y colaboraciones que definían la nobleza europea y los reinos cristianos de Oriente en la Edad Media.
Orígenes y gobierno en Anjou
Fulco V nació en torno al año 1089 nació en Angers, en el Condado de Anjou en la actual Francia. Era hijo de Fulco IV “el Rechoncho”, conde de Anjou, y de Bertrada de Montfort, una figura polémica en su tiempo debido a su relación con el rey Felipe I de Francia. La casa de Anjou, en la que Fulco nació, fue durante siglos uno de los principales motores políticos y militares de Francia. A los veinte años, Fulco heredó el condado tras la muerte de su padre.
Desde el inicio de su gobierno, Fulco V supo consolidar el poder en Angers. Se destacó por fomentar la administración eficiente y consolidar sus dominios frente a la presión de Normandía, gobernada entonces por Enrique I de Inglaterra. Anjou se encontraba en una posición estratégica entre los territorios normandos y el reino francés, lo que hacía de Fulco una pieza codiciada en la política feudal de la época.
Matrimonios y alianzas
Uno de los aspectos más relevantes de la vida de Fulco V es su habilidad para tejer alianzas dinásticas que cambiarían el rumbo de la historia europea. En 1110 contrajo matrimonio con Ermengarda de Maine, gracias al cual Anjou consolidó su control sobre el condado de Maine, un territorio crucial para la política regional.
Sin embargo, fue el matrimonio de su hijo, Godofredo Plantagenet, con Matilde, hija del rey Enrique I de Inglaterra y heredera al trono inglés, lo que supuso un golpe maestro de Fulco en el tablero geopolítico. Esta unión sentaría las bases para la futura casa Plantagenet y el control de vastos territorios franceses e ingleses por parte de esa dinastía, marcando el inicio del imperio angevino.
La peregrinación a Tierra Santa
En un contexto donde las cruzadas dominaban la mentalidad y la religiosidad de la nobleza europea, Fulco V realizó una peregrinación a Tierra Santa entre 1120 y 1121. La experiencia marcó profundamente a Fulco, quien se integró en las redes de poder latino-orientales y trabó amistad con Hugo de Payns, fundador de la orden del Temple. No sólo vivió como cualquier peregrino, sino que demostró interés en reforzar la presencia cristiana en el territorio.
Por razones personales y estratégicas, años después volvió a Oriente. En 1129, tras la muerte de su primera esposa, se casó con Melisenda de Jerusalén, heredera del reino latino de Jerusalén. Este matrimonio suponía para Fulco una oportunidad de alcanzar la realeza, y para el reino de Jerusalén una alianza con una de las casas más poderosas de Occidente.
Rey de Jerusalén
Convertido en rey consorte junto a Melisenda tras la muerte del rey Balduino II en 1131, Fulco V de Anjou comenzó a gobernar uno de los reinos cruzados más emblemáticos. El inicio de su reinado fue complejo. Los cronistas señalan tensiones entre Fulco y Melisenda, así como con la nobleza local, recelosa del poder de un príncipe occidental.
Fulco demostró desde el primer momento su capacidad militar y diplomática. Estableció alianzas con los reinos francos vecinos y reforzó el sistema defensivo mediante la construcción y mejora de fortificaciones, como el castillo de Kerak y el castillo de Montreal, claves para la protección de las rutas hacia el Mar Muerto y el control de las fronteras con Damasco y Egipto.
Las amenazas externas al reino eran constantes. Desde el norte, las incursiones de los zengíes, comandados por Zengi, el atabeg de Mosul y Alepo, constituían un peligro creciente. Fulco tuvo que emplear todos sus recursos, humanos y financieros, para mantener la integridad del reino y contrarrestar las ofensivas musulmanas.
Gobierno conjunto con Melisenda
El gobierno de Fulco no estuvo exento de conflictos internos. En los primeros años intentó gobernar prescindiendo del consejo de Melisenda, lo que provocó la oposición de la poderosa nobleza de Jerusalén, especialmente de la familia Ibelin y otros magnates latinos arraigados en Oriente. La situación llegó a tal punto que, tras un intento fallido de marginar a Melisenda y concentrar en sus manos el poder, Fulco se vio obligado a readmitirla en la co-gobernanza. Desde entonces, la reina Melisenda ocupó un papel cada vez más relevante, demostrando una notable dote política.
Este episodio es fundamental para comprender la evolución política del reino de Jerusalén, donde las reinas consortes, a diferencia de la tradición europea, podían ejercer una autoridad significativa, especialmente en periodos de crisis o minoría de edad de los herederos.
Muerte y sucesión
Fulco V de Anjou murió el 13 de noviembre de 1143 en Jerusalén, probablemente a causa de un accidente de caza y fue enterrado en la Iglesia del Santo Sepulcro de Jerusalén.
Tras su muerte, el trono pasó a su hijo Balduino III de Jerusalén, quien gobernó desde 1143 hasta 1163. En los primeros años, su madre Melisenda actuó como regente, dado que Balduino era menor de edad.
En cuanto a sus dominios en Europa, el condado de Anjou y el resto de sus posesiones en Francia habían pasado años antes a su hijo Godofredo Plantagenet.







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