Etelredo II El Indeciso: El Rey Que No Supo Frenar a Los Vikingos

Redacción

Etelredo II el Indeciso sentado en el trono y recibiendo malos consejos por parte de un consejero que le susurra al oído

Etelredo II el Indeciso fue uno de los reyes más controvertidos de la Inglaterra anglosajona. Su apodo proviene de una mala traducción del término anglosajón “Unræd”, que alude a  “mal aconsejado” ya que se dice que durante su reinado, que se extendió desde 978 hasta 1016, se dejó influir por malos consejeros en un periodo histórico marcado por invasiones vikingas en Inglaterra.

Contexto histórico

El siglo X fue un periodo de reinos inestables. y continuas amenazas externas, especialmente por parte de los invasores vikingos provenientes de Dinamarca y Noruega. Inglaterra experimentaba una relativa unificación bajo el impulso de reyes como Alfredo el Grande y Edgar el Pacífico, pero dicha unificación era todavía frágil. Cuando Etelredo II accedió al trono con apenas 12 años, tras el asesinato de su hermanastro Eduardo el Mártir, heredó un reino debilitado y dividido desde el punto de vista político y militar.

Ascenso al trono

La coronación de Etelredo II tuvo lugar en 978 y estuvo envuelta en sombras y sospechas ya que su predecesor y hermanastro, Eduardo el Mártir, habría sido asesinado por su por su madrastra Elfrida para que así su hijo legítimo, Etelredo, subiera al trono. Esta sospecha de asesinato puso en entredicho la legitimidad de su gobierno. No obstante, Etelredo se convirtió en rey a la temprana edad de 12 años rodeado de consejeros y nobles cuyos propios intereses a menudo chocaban con los suyos. Este ambiente de incertidumbre y consejos contradictorios pronto marcaría su reinado.

Conflictos y controversias

Durante los primeros años del reinado de Etelredo II, Inglaterra experimentó una relativa calma. Sin embargo, a partir de 980 comenzaron de nuevo las incursiones vikingas a gran escala, mucho más feroces que en décadas anteriores. Estas incursiones vikingas devastaban poblaciones costeras y se adentraba cada vez más en el interior del reino. 

Incapaz de resistir militarmente e influido por consejeros de escasa visión, Etelredo optó a menudo por el pago de cuantiosos tributos, el llamado danegeld, con la esperanza de detener los saqueos. Lejos de solucionar el problema, este enfoque atrajo a más invasores, convencidos de que Inglaterra era una tierra fértil para el saqueo y el cobro de rescates.

Una de las decisiones más polémicas de Etelredo II fue la célebre Masacre del Día de San Bricio ocurrida el 13 de noviembre del año 1002. Por temor a una posible conspiración danesa, el rey ordenó la masacre de los vikingos que residían en sus dominios. Este acto agudizó la animadversión de los vikingos y sirvió de justificación para posteriores invasiones. El rey Sven I  de Dinamarca cuya hermana fue asesinada,  intensificó sus campañas contra Inglaterra como respuesta directa a la matanza.

El impacto de las invasiones vikingas

Las incursiones vikingas en el reinado de Etelredo II el Indeciso alcanzaron niveles sin precedentes. Bajo el liderazgo de Sven y posteriormente su hijo Canuto el Grande, los daneses dirigieron ataques meticulosos y devastadores que pusieron en jaque la supervivencia misma de la monarquía anglosajona. Etelredo recurrió repetidamente al tributo para comprar la paz, pero la falta de una respuesta unitaria y fuerte por parte del gobierno inglés y la ausencia de una estrategia militar efectiva debilitaron aún más la posición del reino.

Friso del rey Sven I de Dinamarca con el mentón levantado y vistiendo una capa roja y con los brazos cruzados
Friso del rey Svend I de DInamarca en el castillo de Frederiksborg (Dinamarca). Obra de Lorenz Frølich, Public domain, via Wikimedia Commons

Etelredo II intentó también fortalecer su posición mediante alianzas diplomáticas. En 1002, se casó con Emma de Normandía, una alianza estratégica que pretendía obtener el apoyo normando contra los daneses. Sin embargo, esta alianza no logró frenar la presión de las fuerzas extranjeras.

Pérdida del trono y exilio

La situación del reino se volvió insostenible en el año 1013 ya que el rey danés Sven, tras una serie de campañas exitosas, logró tomar poder sobre gran parte de Inglaterra y Etelredo huyó al exilio en Normandía acompañado de su esposa e hijos. Este periodo marcó la caída temporal del linaje anglosajón en el trono inglés. 

Sin embargo, tras la muerte repentina de Sven en 1014, una facción de nobles ingleses decidió restaurar a Etelredo en el trono, pero el rey regresó a una situación aún más frágil y bajo unas condiciones impuestas por los nobles, quienes exigieron reformas profundas en la gobernanza del reino.

La última etapa y sucesión

Durante su breve restauración, Etelredo II intentó reorganizar su gobierno y frenar el avance danés, pero enfrentó enormes dificultades. Canuto, el hijo de Sven, prosiguió la campaña y, a pesar de algunos éxitos iniciales, Etelredo no pudo evitar la desintegración progresiva de su autoridad. 
Etelredo II falleció en 1016 por causas naturales. El trono lo heredaría uno de sus doce hijos, Edmundo II, quien a pesar de las disputas con su padre sería investido rey gracias al apoyo de nobles de Londres. No obstante el sucesor de Etelredo II se debería enfrentar a Canuto el Grande por el dominio de Inglaterra.

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