Pintura de la defensa del Caroccio milanés en la batalla de Legnano en 1176. Obra de Amos Cassioli, Public domain, via Wikimedia Commons.
Europa > Italia > La Batalla de Legnano: El Triunfo de la Liga Lombarda Sobre el Sacro Imperio Romano
La batalla de Legnano, librada el 29 de mayo de 1176, fue un enfrentamiento crucial entre el emperador Federico I Barbarroja y la Liga Lombarda, una alianza de ciudades-estado del norte de Italia. Este conflicto no solo marcó un punto de inflexión en la lucha por la autonomía italiana frente al Sacro Imperio Romano Germánico, sino que también tuvo un impacto duradero en la configuración política de la región.
A mediados del siglo XII, el emperador Federico I Barbarroja intentó consolidar su dominio sobre el norte de Italia, imponiendo su autoridad sobre las ciudades lombardas mediante la designación de podestàs imperiales y el aumento de impuestos. Estas medidas generaron un fuerte rechazo entre las comunas, que veían amenazados sus derechos y su autonomía.
En respuesta a esta política, en 1164 se formó la Liga Veronesa, una alianza entre Verona, Padua, Vicenza y Venecia. Poco después, en 1167, se creó la Liga Lombarda, que amplió la coalición incluyendo a ciudades como Milán, Boloña, Cremona, Mantua, Bérgamo, Brescia y Piacenza, entre otras. Esta liga contó con el respaldo del Papa Alejandro III, quien también se oponía a la creciente influencia imperial en Italia.
El Desarrollo de la Batalla
En su campaña contra la Liga Lombarda, Federico I Barbarroja había sufrido diversos reveses. Tras la destrucción de Milán en 1162, el emperador había conseguido imponer su autoridad temporalmente, pero las ciudades lombardas lograron reorganizarse y recuperar su fuerza militar.
El 29 de mayo de 1176, en las cercanías de Legnano, los ejércitos de la Liga Lombarda y del emperador se enfrentaron en un combate decisivo. La Liga Lombarda desplegó una estrategia basada en la utilización de la «Compagnia della Morte», una unidad de élite encargada de defender la Carroccio, un carro sagrado que simbolizaba la independencia de las comunas.
Las tropas imperiales de Federico I, a pesar de su superioridad en caballería pesada, no pudieron romper la formación lombarda. La tenaz resistencia de los soldados comunales y la organización de su infantería lograron inclinar la balanza a su favor. Finalmente, las fuerzas imperiales fueron derrotadas y el propio Federico I se vio obligado a huir del campo de batalla.
Consecuencias de la batalla
La derrota de Federico I Barbarroja en Legnano marcó un punto de inflexión en la relación entre el Sacro Imperio Romano Germánico y las ciudades-estado italianas. El emperador, debilitado por su fracaso militar, se vio forzado a negociar con la Liga Lombarda. En 1177, se firmó el Tratado de Venecia, que establecía una tregua temporal entre ambas partes.
Finalmente, en 1183, se firmó la Paz de Constanza, que garantizó la autonomía de las ciudades lombardas a cambio de un reconocimiento formal de la autoridad imperial. Este acuerdo consolidó el modelo de gobierno municipal independiente en Italia y sentó las bases para la fragmentación política de la región en los siglos posteriores.
Legado
El impacto de la batalla de Legnano trascendió el ámbito militar y político. Este enfrentamiento se convirtió en un símbolo de la resistencia italiana contra la imposición de un poder centralizado. En el siglo XIX, durante el proceso de unificación de Italia, la batalla fue reivindicada como un antecedente histórico de la lucha por la independencia nacional.
Hoy en día, la ciudad de Legnano conmemora anualmente la batalla con el Palio di Legnano, una recreación histórica que celebra el espíritu de autonomía y resistencia de las comunas lombardas. Además, la batalla sigue siendo objeto de estudio para los historiadores, que analizan su influencia en el desarrollo de las instituciones políticas medievales en Europa.
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