La Batalla de Harlaw, librada el 24 de julio de 1411, fue uno de los conflictos más cruentos de la historia medieval escocesa. Este enfrentamiento se desarrolló cerca de Inverurie, en el noreste de Escocia, y fue el resultado de una feroz disputa sucesoria por el control del condado de Ross. A menudo descrita como un choque entre las Tierras Altas y las Tierras Bajas de Escocia, la batalla tuvo profundas repercusiones en la política y el equilibrio de poder de la región.
Contexto histórico y causas del conflicto
A comienzos del siglo XV, la muerte de Euphemia Leslie, condesa de Ross, dejó un vacío de poder en una de las regiones más estratégicas de Escocia. Su heredera legítima, Mariota Leslie, tenía derechos sobre el condado, pero el duque de Albany, Roberto Estuardo, regente del reino en ausencia del rey Jacobo I, buscó impedir que su esposo, Donald de Islay, Señor de las Islas, tomara el control efectivo de la región. Mantener Ross dentro de la órbita de la corona escocesa era clave para la autoridad de Albany en el norte.
Donald de Islay, descendiente de la dinastía de los MacDonald, rechazó esta situación. Basándose en sus derechos dinásticos y en su matrimonio con Mariota, reclamó el condado de Ross y reunió un ejército formado por clanes de las Tierras Altas y las Hébridas, decidido a tomarlo por la fuerza. Su avance lo llevó a capturar Dingwall y a continuar su camino hacia Aberdeen, una ciudad comercial clave de las Tierras Bajas. La posibilidad de que las fuerzas de las islas se hicieran con el control de una región tan estratégica alarmó a Albany y a los nobles del noreste, que reunieron un ejército para hacerles frente.
Desarrollo de la batalla
El ejército de Donald de Islay, compuesto principalmente por guerreros de los clanes de las Hébridas y las Tierras Altas, se encontró con las fuerzas leales a Albany en las cercanías de Harlaw. Las tropas de los MacDonald estaban formadas por combatientes experimentados en la guerra en terreno montañoso, diestros en el uso de la claymore y del targe, el característico escudo escocés.
Por su parte, el ejército liderado por Alejandro Estuardo, conde de Mar, estaba compuesto por caballeros y soldados de las Tierras Bajas, muchos de ellos equipados con armaduras pesadas y armas de estilo continental. Esta diferencia en el tipo de tropa marcó el desarrollo del combate, pues se trató de una lucha encarnizada en la que dominar el terreno se convirtió en una cuestión crucial.
El choque fue extremadamente violento, con un combate cuerpo a cuerpo que se prolongó durante varias horas. A pesar de la agresividad de los atacantes, los hombres de Alejandro Estuardo consiguieron sostener su posición. A medida que avanzaba la jornada, las bajas en ambos bandos aumentaban y la batalla se convirtió en una matanza sin un claro vencedor.
Consecuencias de la batalla
Tras horas de lucha, los MacDonald no lograron tomar Aberdeen y Donald de Islay tuvo que retirarse hacia el norte. Sin embargo, aunque las fuerzas leales a Albany lograron evitar la expansión del poder de los Señores de las Islas en el noreste de Escocia, no pudieron derrotarlos de manera definitiva. Donald consiguió mantener su control sobre gran parte del condado de Ross, consolidando su autoridad en las Tierras Altas.
Las bajas en ambos bandos fueron muy elevadas, lo que dio a la batalla el apodo de «Red Harlaw» debido a la cantidad de sangre derramada en el campo de batalla. Muchas de las principales familias nobles del noreste de Escocia perdieron a sus líderes en el combate, lo que debilitó a la aristocracia local y afectó la estabilidad política en la región durante años.
Aunque no resolvió el conflicto por el condado de Ross de manera definitiva, estableció un precedente sobre la resistencia de las fuerzas centrales del reino ante la expansión de los MacDonald.